Escribir en teclado es una de las acciones más comunes. En smartphones, tablets, laptops y computadoras siempre se encuentra esta interfaz, con una distribución específica que permite realizar cualquier redacción.
La distribución del teclado QWERTY tiene toda una historia sobre su origen. Fue diseñado por Christopher Latham Sholes, quien desarrolló una serie de equipos, entre ellos una máquina de escribir junto con Samuel W. Soulé, James Densmore y Carlos Glidden, patentando su invento en 1868.
Los orígenes del teclado
En su primer diseño, esta máquina incluía un teclado que parecía el de un piano, con las 28 teclas ordenadas alfabéticamente, bajo la premisa de que era el arreglo más eficiente, ya que los usuarios sabían exactamente dónde se encontraba cada letra. Sholes siguió iterando su prototipo, colocando todas las letras de escritura en cuatro filas.
Aquí los números del 0 al 9 se colocaron en la fila superior, abajo las vocales y los signos de puntuación. Después, el alfabeto se acomodó en las dos filas restantes, cada una con 10 letras.
Para 1873, Sholes y sus inversores vendieron los derechos de producción de su prototipo a Remington, un fabricante de armas, que realizó modificaciones al diseño original, donde algunas de las letras comenzaron a posicionarse en el lugar que las conocemos actualmente.
Sin embargo, antes de que esta versión del teclado entrara en producción, se cambió al QWERTY actual, en principio gracias a Sholes, que patentó este arreglo de teclas en 1878.
Evitando retrasos y problemas
El argumento detrás del arreglo actual de las teclas es que, aunque en principio ordenarlas de forma alfabética permitiría en teoría escribir a gran velocidad, cuando se presionaban dos teclas cercanas demasiado rápido, las palancas internas se atascaban.
Esto hizo necesario un nuevo tipo de distribución, que redujo las probabilidades de atasco, y el teclado QWERTY se colocó como la mejor opción, pues su diseño separaba las letras en diferentes filas.
Dentro del teclado QWERTY, las teclas que se usan comúnmente en pares, como la T y H, E y R se encuentran muy cerca una de la otra, siendo una distribución más conveniente y fácil de usar para los usuarios.
Entre las razones para su diseño está que era más cómodo para los operadores de telégrafos, que escribían en código morse. Por ejemplo, la Z, S y la E están prácticamente juntas porque la Z y la SE no se distinguen en el código morse estadounidense, y el operador tenía que colocar sus dedos sobre las letras esperando seleccionar alguna con el contexto del mensaje.
No es la única opción en el mercado
Además de este diseño también hubo otros competidores. Entre ellos está el Dvorak, diseñado por August Dvorak y patentado en 1932, que favorece la mano dominante, ya sea para diestros o zurdos, y agrupa las teclas más utilizadas.
De acuerdo con un estudio de la Armada de Estados Unidos en 1940, este teclado era muy superior, pero no fue capaz de desplazar al QWERTY, que ya se consideraba un diseño universal antes del Dvorak.
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