El miércoles 25 de octubre, el huracán Otis azotó cerca de Acapulco con fuerza, alcanzando la categoría 5 y vientos sostenidos de 265 km/h al tocar tierra.
Según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) de Estados Unidos, no solo fue uno de los huracanes que se intensificó más rápidamente, sino también el más potente en tocar tierra en la región del Pacífico Central desde que existen los satélites.
Comparativamente, la NOAA señala que Otis aumentó su velocidad a 185 km/h en 24 horas, mientras que el huracán Patricia en el Pacífico oriental llegó a alcanzar y superar esa intensificación, con un aumento de 193 km/h en solo un día.
Este fenómeno dejó a Acapulco en un estado devastador, con daños catastróficos en estructuras, hoteles y edificios, inundaciones y deslizamientos de tierra, resultando en la pérdida de electricidad e internet en toda la zona. Las comunicaciones se vieron afectadas en la región, incluyendo infraestructuras clave como los sensores de la alerta sísmica para la Ciudad de México.
Los factores de la intensificación de Otis
Otros organismos, como la Red Mexicana de Científicos(as) por el Clima (REDCiC), también han abordado el fenómeno.
Según ellos, la rápida intensificación de Otis, se considera un "fenómeno inusual". REDCiC atribuye la categoría 5 a “condiciones oceánicas excepcionales” en el Pacífico mexicano cerca de las costas de Guerrero, con temperaturas más cálidas de lo habitual (31 °C en lugar de 28 °C) y un alto contenido de calor oceánico, lo que pudo haber influido en su evolución.
La red también reconoce que ninguno de los modelos predictivos estimaba que Otis se convertiría en un huracán de categoría 5, ya que, según Protección Civil de México, se pronosticaba que como máximo sería de categoría 1.
Sin embargo, después de que un avión caza huracanes de Estados Unidos sobrevolara la tormenta para obtener datos actualizados, se descubrió que ya presentaba vientos sostenidos de hasta 175 km/h.
La posibilidad de más huracanes de este tipo
Un artículo publicado en la revista Science lo advierte: el cambio climático está provocando que los océanos de todo el mundo se calienten, lo que podría resultar en un aumento de huracanes como Otis, que se intensifican rápidamente, volviéndolos más frecuentes.
Por lo pronto el camino parece claro, dice John Kaplan, meteorólogo de la NOAA, se deben mejorar los modelos de predicción, pues las herramientas actuales no cuentan con la suficiente resolución para analizar las tormentas más pequeñas.
Estas tormentas, dice Kaplan, son “especialmente susceptibles”, a los factores ambientales, por lo que pueden tanto debilitarse como fortalecerse a una velocidad increíble. Además, ya que los huracanes que se intensifican rápidamente son raros, los datos para alimentar los modelos son escasos.
Comentários