Maussan lleva siendo una figura controversial por décadas. Una de las figuras del entretenimiento más populares de los 90 y de la primera década del nuevo siglo volvió a la conversación después de que ex-oficiales de Estados Unidos hayan sido muy vocales sobre sus encuentros con objetos voladores no identificados. Así, la figura del entretenimiento pasó, de la noche a la mañana, a tener una voz triunfalista porque parece haberse hecho con el título antes negado de ser la voz de la verdad.
Poco importa que en las declaraciones de los ex-oficiales no hay certeza absoluta que confieran razón a Maussan. Los testimonios más prominentes resonaron en todos lados: gobierno estadounidense debe tener restos biológicos no humanos de naves estrelladas cuyo origen no corresponde a la Tierra, según los ex oficiales entrevistados por el Congreso de EUA. Para los ex oficiales no parece haber duda de que en el planeta Tierra hay vida cuyo origen está fuera de él.
Las declaraciones de los oficiales son espectaculares no solo por el contenido, sino también por la forma. El ex piloto de la marina, Ryan Graves, aseguró sin titubear y con elocuencia narrativa cómo fue que dos F18 Super Hornets fueron divididos en el aire por un UAP (siglas que equivalen a objeto volador no identificado) con apariencia de un cubo gris oscuro dentro de una esfera transparente. Su declaración ante el congreso es, por sí sola, fascinante.
El pentágono rápidamente ha dado la cara para desmentir prácticamente todo lo que dicen los ex oficiales, incluyendo a Graves. En un comunicado el departamento Defensa dijo no haber encontrado ningún programa interno que tenga posesión de los restos biológicos mencionados en la audiencia o que tenga como propósito hacer ingeniería inversa sobre UAP, cosa que fue asegurada por David Grush, ex oficial de inteligencia de la Fuerza Aérea. Grush aseguró en la audiencia que tiene "pruebas convincentes" para respaldar sus declaraciones, pero también dijo no poderlas dar a conocer al tratarse de documentos clasificados.
En el apartado más débil de sus afirmaciones, Grush dijo no haber tenido contacto de primera mano con restos o naves identificadas como UAP. Sus declaraciones se basan, en todo momento, en lo que alguien más le ha dicho.
Escepticismo, ante todo
En la guerra de testimonios y declaraciones no hay ganadores absolutos, pero la historia es distinta en México. Las declaraciones de los oficiales (que dicho sea de paso tampoco son totalmente nuevas) parecen haberle respaldado y han conseguido que Maussan gane notoriedad en internet y en algunos medios mexicanos que le entrevistan con todo el peso que corresponde a que los hombrecillos verdes han sido, en realidad, confirmados al fin.
El pasado de Maussan no ayuda. Él mismo se ha visto vinculado a bulos científicos de otros tipo, como cuando respaldó los suplementos que aseguraban acabar con el COVID-19 y que valieron una alerta de Cofepris por su uso extendido en los peores tiempos de la pandemia. Los productos se volvieron tan famosos que incluso fueron recomendados en el Senado de la República y hasta se organizó un foro para promoverles que, tras un escándalo en redes, finalmente fue cancelado.
Una cosa es que haya objetos voladores no identificados y otra muy distinta que haya vida inteligente extraterrestre en el planeta. De lo primero sabemos que numerosos objetos han merecido la etiqueta, con videos desclasificados que son tan públicos que están por doquier, incluso YouTube. De lo segundo, desafortunadamente, sigue sin haber pruebas. El auténtico galardón a la verdad que limpiaría la carrera de Maussan llegará el día en que pruebas irrefutables sean presentadas o el gobierno de Estados Unidos reconozca tener restos biológicos o haber entablado algún tipo de comunicación con inteligencia cuyo origen no sea la Tierra.
El día que eso ocurra, claro está, la victoria de Maussan será lo de menos. Si ese día llegase, la historia del planeta y de la humanidad cambiará de un momento a otro. Como dijo Carl Sagan: "afirmaciones extraordinarias requieren evidencia extraordinaria".
Creditos: XATAKA
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