No es ningún secreto que Estados Unidos está haciendo varios esfuerzos para evitar que China pueda tener acceso a chips avanzados para inteligencia artificial. Washington ha endurecido las sanciones contra Pekín e incluso ha involucrado en esta guerra comercial a otros actores importantes como los Países Bajos y Japón.
El enfoque de las acciones de la administración de Joe Biden para frenar al gigante asiático se ha centrado principalmente en evitar las exportaciones de tarjetas gráficas como las NVIDIA A100 y NVIDIA H100, dos componentes clave para el aprendizaje automático. Sin embargo, China tiene recursos para hacer frente a esta situación.
Cuando es posible "alquilar" centros de datos occidentales
Además del mercado paralelo donde es posible adquirir estos chips avanzados (aunque a un precio exorbitante), existe una alternativa que no requiere componentes físicos. Estamos hablando de la computación en la nube, una posibilidad que en los últimos años ha transformado de manera significativa la industria tecnológica. Ya no es necesario montar tus propios servidores o tener acceso físico a ellos como empresa o laboratorio de investigación. En el mundo en el que vivimos, podemos utilizar una gran cantidad de recursos informáticos sin necesidad de una infraestructura compleja. ¿Cómo? A través de servicios de computación en la nube como Amazon Web Services, Microsoft Azure, IBM Cloud y Google Cloud.
Las posibilidades que ofrece este escenario son enormes. Por ejemplo, gigantes como Spotify o Netflix recurren a estos servicios altamente escalables y personalizables para satisfacer sus necesidades de almacenamiento, bases de datos, análisis, recomendaciones y transcodificación, entre otros. Incluso Midjourney utiliza estos servicios para entrenar sus modelos de inteligencia artificial.
Según informa The Wall Street Journal, los analistas de seguridad nacional de Estados Unidos creen que China podría haber estado utilizando servicios en la nube de compañías occidentales para evadir parte de las sanciones. Sin embargo, este movimiento inteligente podría tener los días contados, ya que desde Washington se preparan para aplicar nuevas sanciones.
Además de las restricciones comerciales ya impuestas, que también afectan a equipos complejos de fotolitografía utilizados en la fabricación de chips, la administración de Biden busca obligar a las compañías estadounidenses de computación en la nube a obtener un permiso especial antes de ofrecer sus servicios con chips avanzados a empresas chinas.
Todo esto ocurre en un momento en el que la tendencia de ofrecer servicios de computación en la nube orientados a la inteligencia artificial no deja de crecer. Por ejemplo, Microsoft se ha asociado con NVIDIA para crear un nuevo supercomputador para IA, cuya potencia podría estar disponible para aquellos clientes dispuestos a pagar para desarrollar sus propios proyectos.
Por el momento, habrá que esperar para ver si esta acción que se menciona en el WSJ se materializa. Sin embargo, cabe señalar que China no se ha quedado de brazos cruzados y también ha utilizado su poder para golpear a Estados Unidos, limitando las exportaciones de ciertos metales y cerrando la puerta a Micron, el principal fabricante de memorias estadounidense.
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